1 de Noviembre de 2012, recuerdo subir las escaleras de una sala de infausto recuerdo para la noche madrileña como fue Alcala 20 (Ahora conocida como Coco) y recibir numerosos mensajes interesándose por mi estado ya que en base a mis preferencias de ocio, muchos supusieron que asistiría a la fiesta donde la noche madrileña se pegó un tiro en el pie. Quizás la noche que ha marcado el devenir de la escena madrileña. La noche donde 5 jovenes murieron a causa de una avalancha humana en el recinto Madrid Arena de Madrid. El resto de la historia nos la sabemos de memoria.
Tal día como hoy se celebra el juicio, 3 años y pico después, dichosa justicia esta la española. Juicio en el que están imputados desde el promotor de la fiesta (El famoso M.A.F), el medico, el jefe de seguridad, algún responsable de la gestora del recinto y por supuesto ningún responsable de alto nivel (políticos) que llevaban mirando para otro lado durante años mientras en la «nightlife» madrileña se hacía y deshacía al antojo de cuatro.
Todo cambió a partir de esa noche de Halloween, y Madrid no ha vuelto a ser el mismo. La costumbre española de matar moscas a cañonazos, de prohibir a lo grande para ocultar inutilidades pasadas ha condenado a la escena madrileña de gran formato a un ostracismo que de buen seguro nos ha hecho perdernos 3 años de grandes eventos en la capital, mucho dinero perdido también, posicionamiento, etc. esta tragedia sirvió a los políticos para sumir Madrid en la oscuridad electrónica. Perdimos el tren.
Mi sensación es que en este juicio seguramente salga condenado algún cabeza de turco, siendo muy optimista, Miguel Angel Flores recibirá una sanción ejemplarizante y las imagenes de su ingreso en prisión llenaran tertulias de mañanas de televisión, pero que en menos de un año estará fuera. Esa es mi sensación y no lo podemos permitir. Por las 5 jovenes, por los años de oscuridad, por ese tren perdido, porque en España el que la hace la tiene que empezar a pagar de verdad, porque el irte de rositas por tu dinero debe de ser desterrado de esta sociedad. Por nosotros.
Ni olvido ni perdón