Un imprescindible y un vikingo

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Uno ya tiene una edad y una economía limitada que hace que la asistencia a eventos de gran formato como pueda ser, que se yo, todo un aniversario de CODE en la multiusos Fabrik, sea seleccionada a aspectos puramente musicales.

Un nombre destacaba por encima de todos y es el de Underworld. Como bien dicen desde las RRSS de la fiesta techno, es un directo que rara vez podrás ver en una sala y unos de los clásicos que todo el mundo debería ver una vez en la vida. Completan la terna de motivadores el vikingo Rodhad junto a Derrick May sin olvidar a Oscar Mulero o Regis para completar una ruta de garantías y merecedora del esfuerzo.

A las 17 horas de la tarde ya estábamos degustando el menu musical y tomando la primera copa con los últimos rayos de sol mientras los más jovenes más que calentar motores quemaban goma en la pista improvisada en la terraza, nueva zona anunciada dias antes y que por desgracia no contaría con djs de relevancia más allá de algún vende entradas. No estaría de más haber situado alguna figura de más calado en esa zona para poder revivir la magia de un atardecer a ritmo de techno.

El primer espada en ser escuchado fue un Kevin Saunderson descomunal en presencia pero pobre en lo musical, recurriendo al At Less, seguido de Spastik como punto destacable a una confirmación de que ni a nivel dj como gestionando su sello es el que era, quizás alienado por ese sonido tech house sin alma que lo inunda todo. No fue así su contemporaneo Derrick May que si estuvo a la altura. Siempre funcionando con un minimo de 3 platos, desencadeno un set tensionado, bien estructurado, fiel a su sonido aunque alejandose de sus habituales rompepistas y eso es de agradecer. Quizás The innovator hubiera necesitado mucho más que la escasa hora y media que estuvo a los mandos.

Con esto se dió paso al espectacular montaje con el que Fabrik nos deleitaba para la actuación de Underworld. Voces y sintes en lo más alto de la main, escoltados por la impresionante LED que desgranaba los temas más clasicos de la banda. Un directo con muy buen sonido (merced a 3 mesas de luces y sonido espealmente situadas y manejadas por gente de su propio equipos), ejecutado con milimetrismo y que tuvo como colofón el tan esperado Born Slippy que puso la guinda a una hora de traslado a algo especial.

Tras el paso de Adam Beyer al que solo escuchamos de refilón, hace acto de presencia un inconmensurable Rodhad. Si el techno se concibió como una musica de baile, Rodhad hizo una oda al baile. Apreto el pitch, puso las zapatillas a funcionar y se permitió lujos como un sobresaliente mezclón que desemboco en un The Bells para delirio del respetable. Solo llevábamos 30 minutos de set, y tras un amago de caer en el anodino techno oscuro con atmosferas, volvió a la senda correcta martilleando con los bombos más grusos de la noche y dejando una papeleta importante al favorito de la afición.

Oscar Mulero bajó el pistón y las pulsaciones a la pista de baile intentando dar algo diferente a su antecesor. Se alejo del sonido berghaines que tanto llevaba usando en sus sets para dotar su sesión de sonidos más oscuros que recordaron a otra epoca. Lo dificil fue digerir despues de un ciclón como el de Rodhad, las constantes y subidas y bajadas de ritmo durante más de una hora, eso si, Mulero sigue siendo Mulero y sus últimos 30 minutos fueron de maestro dejando buen sabor de boca.

Mi presencia un año después en Fabrik se cerró con un calmadisimo Regis que trás su ableton desarrollaba un set con algún toque acido como unica consesión a un posible salvajismo como acostumbre. Set en linea techno con contundencia pero sin pasarse.

Una edición de las rompepiernas, de esas que llegas a casa con todo dado y una sonrisa en la boca.

Para Diciembre, tendremos en Fabrik a Vitalic, Dave Clarke, Perc, Slam o Gary Beck entre otros