Historia de una oportunidad perdida

Tiempo de lectura: 3 minutos

Para los que nos gustan los macro saraos Techno y vivimos en la capital del reino, Madrid Winter Festival venia a ser una especie de oasis en la yerma escena festivalera capitalina. Con un cartel que conjugaba el «sota caballo rey» habitual en estos lares, artistas de calidad y solera, y unas buenas expectativas de instalaciones y medios, pintaban bastos para comenzar el año con un buen sabor de boca.

Dejaremos de lado el pasado, las cancelaciones, cambios de recinto, horarios sin sentido y precios desorbitados. Nos centraremos en un día 1 que comenzaba con decepción cuando Ben Klock uno de los caramelos del festival anunciaba su no presencia a las 17:00 en Arganda. Motivo por el cual Reeko y Exium conseguían contra todo pronostico ser los artistas que más tiempo iban a actuar en el festival. A las 18:00 entramos en la gigantesca carpa acondicionada para el evento.

En Madrid la gente tiene por costumbre entrar tarde a las fiestas y así se notaba a la caida del sol. Las colas para tokens, salida, baños y barras eran inexistentes. Pasadas 2 horas, dabamos gracias el haber recopilado tokens de sobra para no tener que esperar hasta 1 hora en diferentes colas. Sobre la salida al parking, mal dimensionada a todas luces (Un solo puesto de cobro de la pulsera de salida), también se ha criticado con bastante acierto.

A medida que el primer cabeza de cartel, el canadiense Richie Hawtin, se acercaba se iba notando la presencia de mucho más publico. Tal vez no se produjo el sobreaforo, pero la mala disposición de las barras (Impidiendo el paso hacia la partes trasera de la carpa por su lado derecho), como del sonido (Solo podrías encontrar un sonido decente en el primer cuarto de pista) hacia la circulación bastante incomoda sobre todo hacia baños y la salida del recinto.

Si algo podemos salvar de esta primera parte festivalera es el buen funcionamiento de las salidas de emergencia que quedó patente cuando el tipico energumeno que no debería tener cabida en este tipo de eventos soltó gas pimienta obligando a salir a muchos clubbers por uno de los laterales de la carpa. De nada sirvión el exhaustivo control de acceso en puerta. estas cosas a veces son inevitables.

Los caminos llegan irremediablemente al fallo más grave del festival, y que nos remonta a años pasados: La falta de agua embotellada desde practicamente el inicio de la fiesta. Sobran las palabras ante este error, que en un festival de estas caracteristicas puede desembocar en problemas mucho mayores que una simple cola en una taquilla. Y tener un cadaver deshidratado en una pista de baile es un lujo que el sector no se puede permitir.

Si pasamos al plano musical, destacar los sets de Tale Of Us y Seth Troxler como triunfadores de la noche, con un sobresaliente Oscar Mulero y la sorpresa de unos Pan Pot que supieron mantener el pulso a la noche. A destacar el fracaso total y absoluto de Marco Carola y Paco Osuna. No soy fan ni mucho menos de estos 2 artistas, pero hay que exigirles que por lo menos entretengan al personal. No les dió ni para eso, monotonos hasta decir basta (Que fue lo que pasó ya que a mitad del set de Osuna enfilé el camino de salida hacia unos autobuses oficiales que no se libraron de la polemica tampoco).

La sensación es de oportunidad perdida, de tren de esos que no vuelven a pasar y que, por un cumulo de errores algunos garrafales, no se ha cogido. El 2015 no empieza con buena salud, esperemos que remonte el vuelo por el bien de los amantes de este estilo de divertirse.