Her Voice Over Boys o un grupo al que llaman HVOB

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Presentemos, en primer lugar, a los contendientes: HVOB o Her Voice Over Boys vienen de Austria. Son Anna Müller y Paul R. Wallner, acompañados de un batería y con la presencia estelar del miembro de Mumford & Sons, Winston Marshall (Que además colabora en varios temas del último disco del duo).

Sigamos con el escenario: Una sala BUT que poco a poco se iba llenando y que al final presentó una buena entrada: Un publico que demostró ser fiel a la banda y que venía con la actitud y la lección más que aprendida. El motivo de tan magna reunión era la presentación en sociedad y en formato más intimo de un genial Silk, 7 temas que vienen a darle un golpe de madurez a la banda y que junto a sus anteriores trabajos hacen que ya puedan presentar un directo sólido.

Los únicos antecedentes datan del Sonar de este año, donde las sensaciones no pudieron ser peores. No supieron lidiar en horario festivo contra las masas fiesteras en modo brazos arriba. No obstante, el formato pequeño les va como el anillo al dedo y es donde los austriacos pueden desplegar sus encantos y efectivamente: Seducen desde los primeros acordes de «Attention», la elegida para iniciar el concierto. Seduce la susurrante voz de Anna.

A partir de aquí se comienza a repasar Silk, llegando a sus momentos más álgidos cuando Winston Marshall se hace amo y señor del escenario y empieza a ejecutar las que son a la postre las piezas más apetecibles de Silk, en especial Blind Game que se alza por encima de todas y podría decirse que es uno de los grandes hits del dueto.

Con casi una hora de directo ya consumido, es el momento de recordar los viejos clásicos, reconocibles por el público y recibidos con fervor, como son Azrael, Always There y apariciones estelares de Winton, para cerrar el directo con la atemporalidad de del cuasi televisivo Cool Met. 

Todo ello para facturar, por fin, casi 2 horas de directo en los que se vio un punto que les acerca más a ese lado oscuro que es el directo y los aleja de la escena club. Podría decirse que la madurez ha llegado a la vida de Anna y Paul, con el añadido de que llevan material excelente a sus espaldas y tienen recorrido, mucho, por delante.