Bonobo, la elegancia de la sencillez

Tiempo de lectura: 2 minutos

¿Y lo que gusta una noche de sold out? No se le gustará más al promotor de la sala o a mi mismo. Un sold out no solo te asegura ciertas incomodidades y estrecheces, te asegura una atmosfera propia de club, de un personal que sabe lo que busca y busca lo que quiere. Cuanto cambia la cosa, un club con muy buen aspecto desde primerísima hora de la noche, mayoritariamente extranjero y relativamente, salvo excepciones, alejados de ciertos postureos habituales. Cuan diferente es vivir una noche así, en la que la vocal del famoso «Sing it Back» es coreada por una multitud.

Cuando pagas la friolera de 20€ en la puerta de un club te vuelves mucho más exigente con el producto final y en la noche de Jueves Santo Mondo estuvo a la altura: Habilitando más roperos, habilitando la práctica totalidad de las barras haciendo que el pedir fuera cuestión de minutos, con un sonido por fin a la altura y una iluminación renovada.

Cosas de entrar pronto, asistir a la práctica totalidad del warm up del, casi siempre cuestionado en estas lides, Gerardo Niva, que para la ocasión desarrolló un calentamiento pistero y dejando la pista libre a Simon Green que bajo las pulsaciones para ir desgranando su The North Borders. Comenzó su viaje con «Kiara» y culmino una primera parte de sesión con el preciosista «Cirrus»

La segunda parte de su set la puedes llamar facilona y seguramente aciertes, pero claro, a veces se nos olvida que la distancia más corta entre dos puntos es la línea recta y hoy en día el remix de Four Tet al tema de Curches o el Just de los británicos Bicep son la linea recta en una pista de baile, eso sí, entre medias se intercalaban joyas más deep o clásicos de toda la vida en clave House. Si ser facilón es vibrar una vez más con Kiamos, llamadme facilón.

Ya llevamos más de 2 horas con un publico entregado en cada subida, bailando al son del beat pausado y melancolico que se propone desde la cabina de Mondo, pero son las 3 de la mañana y por muy guiri que se sea, España quiere caña y Bonobo la aplica en lo que quizás fue la parte más insulsa de su set pero claro, ¿Que le dices a alguien que lleva 2 horas anclado en la excelencia? pues que cierre como disponga y si lo que se dispone es una remezcla del Hey Now de London Grammar y un remix funkero del Good Life, es todo correcto.

No va más caballeros, mientras salíamos escaleras arriba rumbo otros destinos, sonrisas de oreja a oreja y una noche que quedará para el recuerdo, cada vez más amigo de la «simplicidad» bien entendida.

Foto por Mondo Disko